lunes, 16 de junio de 2025

¡Cuento escrito 🖋 por mí! #61

 UN VERANO EN VERÍN

CUENTO BREVE

 

Me llamo Flor de La Vega, tengo 36 años y soy la directora de tecnología en una empresa en Córdoba. Soy de estatura media, con cabello castaño oscuro que llevo a menudo en una coleta práctica, ojos verdes que reflejan mi curiosidad y una sonrisa que suele ser cálida pero reservada. Mi carácter es analítico y apasionado por la innovación, aunque también disfruto de los pequeños placeres de la vida.

Este verano decidí escapar del calor cordobés y viajar a Galicia, un lugar que siempre me había fascinado por su historia y su belleza natural. En Verín, conocí a Martiño Soussas, un periodista deportivo de Lugo. Tiene 39 años, piel clara, ojos azules intensos y cabello rubio cortado en un estilo desenfadado. Es alto, con una presencia tranquila y una sonrisa sincera que transmite confianza. Su pasión por el deporte y su interés genuino por las historias humanas me cautivaron desde el primer momento.

Nos encontramos en la plaza mayor de Verín, rodeados de casas antiguas con fachadas de piedra y balcones llenos de flores. La conversación fluyó rápidamente; compartíamos historias sobre nuestras vidas, sueños y pasiones. Martiño me contó sobre su trabajo cubriendo eventos deportivos en toda Galicia, mientras yo le hablé de mi trabajo en tecnología y mi amor por los viajes.

A medida que pasaban los días, nos fuimos viendo más seguido. Una tarde decidimos visitar el Castillo de Monterrei, una fortaleza medieval que domina el paisaje con sus muros imponentes y torres almenadas. Desde allí, se podía ver el río Támega serpenteando entre colinas verdes. Nos quedamos en silencio unos instantes, admirando la vista; fue como si el tiempo se detuviera.

Otra mañana exploramos las termas romanas de Ourense, donde el vapor subía entre las piedras antiguas y el agua caliente invitaba a relajarse. Nos reímos al intentar sumergirnos en las piscinas termales sin resbalar demasiado. En esos momentos sencillos descubrí cuánto disfrutaba su compañía: su sentido del humor, su interés genuino por lo que yo decía y esa forma tranquila de mirarme que me hacía sentir especial.

Lo que más me gustaba de Martiño era su sinceridad y esa pasión por contar historias que tanto admiraba en él. Él valoraba mi independencia y mi entusiasmo por la tecnología, pero también apreciaba mi sensibilidad.

El día que nos despedimos en la estación de trenes de Verín fue emotivo. Nos prometimos mantenernos en contacto y volver a encontrarnos pronto. Cuando partí hacia Córdoba, sentí que había dejado algo hermoso allí: no solo Galicia sino también un corazón abierto a nuevas experiencias.

Ahora sé que aquel verano cambió algo dentro de mí: aprendí a abrirme más a los sentimientos y a confiar en las conexiones humanas. Y aunque la distancia nos separa físicamente, guardo con cariño cada recuerdo nuestro juntos en ese rincón mágico llamado Verín.

Y así terminó nuestro verano lleno de descubrimientos, risas y promesas… ¡Un verano que nunca olvidaré!

FIN

Escrito por Jessica Bao Perez.

El lunes, 16 de junio de 2025.

En Badalona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario