UN VERANO EN OURENSE
CUENTO BREVE
Me llamo Eliana
Muñoz, tengo 38 años y soy artista. Vivo en Sitges, rodeada de mar y colores
vibrantes que inspiran cada uno de mis cuadros. Soy alta, con cabello largo y
oscuro que cae en ondas suaves, y mis ojos son de un verde profundo, reflejo de
mi pasión por la creatividad y la naturaleza. Internamente, llevo una
sensibilidad intensa, una curiosidad insaciable y un corazón abierto a nuevas
experiencias.
Fue en un
caluroso verano cuando llegué a Ourense para buscar inspiración en sus paisajes
y monumentos históricos. Allí conocí a Nacho González, un mago de 39 años que
vive en O Barqueiro, Lugo. Con su sonrisa traviesa y mirada brillante, parecía
tener secretos mágicos guardados en su interior. Es alto también, con cabello
castaño oscuro y ojos azules que parecen esconder mil historias. Internamente,
Nacho es un soñador apasionado, con una chispa de humor y una sensibilidad
artística que complementaba perfectamente su talento para la magia.
Nos conocimos en
la plaza mayor de Ourense, mientras él hacía trucos con cartas y yo dibujaba en
mi cuaderno. La chispa fue instantánea; nuestras conversaciones fluyeron con
naturalidad, como si nos conociéramos desde siempre. Lo que más me cautivó de
Nacho fue su forma de ver el mundo: esa mezcla de magia y realidad que
transmitía con cada palabra. A él le gustaba mi pasión por el arte y cómo
lograba captar la belleza en lo cotidiano.
Decidimos
explorar juntos los monumentos de la ciudad. Visitamos la Catedral de Ourense,
admirando sus vitrales coloridos y su fachada gótica que parecía contar
historias antiguas. Luego caminamos por las calles empedradas hasta llegar al
Puente Romano, donde el río Miño reflejaba el cielo azul y las viejas piedras
parecían susurrar leyendas del pasado. En cada rincón compartíamos risas y
descubríamos detalles únicos: las pequeñas plazas escondidas, los miradores con
vistas panorámicas del valle.
Una tarde, en
las termas públicas al atardecer, entre burbujas cálidas y miradas cómplices,
sentí cómo nuestro vínculo se fortalecía. La magia no solo estaba en sus trucos
sino también en esa conexión sincera que surgió entre nosotros. Nos enamoramos
lentamente, sin prisa pero sin pausa.
Al despedirnos
al final del verano, prometimos volver a encontrarnos allí donde todo empezó:
en Ourense. Desde entonces, cada año regresamos a esa ciudad llena de historia
y agua caliente para revivir aquel verano mágico que cambió nuestras vidas para
siempre.
Hoy sé que aquel
verano fue solo el comienzo de algo hermoso: un amor nacido entre monumentos
antiguos y aguas termales, sellado por la magia del destino.
FIN
Escrito por Jessica Bao
Perez.
El lunes, 16, de junio
de 2025.
En Badalona.

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