lunes, 26 de mayo de 2025

¡Cuento 🖋 escrito por mí! #46

 UN VERANO EN MADRID

CUENTO BREVE

 

Desde que llegué a Madrid, supe que este verano sería diferente. Mi nombre es Alma Besteiro, tengo 37 años y soy masajista. Físicamente, tengo ojos verdes que reflejan calma y empatía, cabello castaño oscuro que suelo llevar en una coleta sencilla, y una sonrisa serena que invita a la confianza. Internamente, soy una persona apasionada por el bienestar, sensible y dedicada a ayudar a los demás a encontrar equilibrio en sus vidas. La vida en la ciudad me ha enseñado a escuchar con atención y a valorar los pequeños detalles.

Ángel González tiene 35 años y es nutricionista. Es alto, con cabello rubio y ojos azules brillantes como el cielo de verano. Internamente, es meticuloso, dedicado y con un sentido del humor contagioso que siempre logra sacarme una sonrisa. Exteriormente, transmite confianza y calidez; viste de manera cómoda pero cuidada, y su presencia irradia tranquilidad.

Nos conocimos en Madrid durante un viaje de trabajo. La primera vez que cruzamos miradas fue en un pequeño café cerca del Retiro, donde compartimos una charla sobre alimentación saludable y estilos de vida equilibrados. Desde ese momento, algo especial empezó a crecer entre nosotros.

A pesar de vivir en ciudades distintas —yo en Madrid y él en Barcelona— manteníamos contacto constante. La distancia solo aumentaba nuestro interés mutuo. Decidimos encontrarnos en Madrid para pasar unos días juntos antes de regresar a nuestras rutinas. Durante esa semana, visitamos los monumentos más emblemáticos: paseamos por el Palacio Real admirando sus salones dorados; nos maravillamos con las vistas desde la Plaza Mayor al atardecer; caminamos por el Templo de Debod mientras el sol se ocultaba tras las montañas; y nos perdimos entre las calles del barrio de La Latina, disfrutando del aroma de tapas y vino.

Cada lugar fue una excusa perfecta para conocernos más profundamente: compartiendo risas bajo la sombra de los árboles del Parque del Retiro o conversando sobre nuestros sueños mientras observábamos la ciudad desde la terraza del Círculo de Bellas Artes. La magia del verano madrileño nos envolvió, haciendo que cada momento fuera único e inolvidable.

Al final de nuestro tiempo juntos, nos dimos cuenta de cuánto habíamos cambiado desde aquel primer encuentro casual. Nos enamoramos entre miradas cómplices y palabras sinceras, prometiéndonos seguir compartiendo aventuras.

Ahora sé que este verano en Madrid no solo fue un escape para mí sino también el comienzo de algo hermoso con Ángel. La vida nos sorprendió en esta ciudad llena de historia y luz, pero fue en estos días juntos donde nuestro amor encontró su hogar definitivo: en los pequeños gestos cotidianos y en la certeza de que podemos construir un futuro lleno de alegría y complicidad.

FIN

Escrito por Jessica Bao Perez.

El lunes, 26, de mayo de 2025.

En Badalona.

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