UN VERANO EN BURELA
CUENTO BREVE
Había una vez
una joven llamada Nerea, de 24 años, que vivía en Salamanca. Era bióloga marina
y amaba el mar, la naturaleza y la tranquilidad del campo. Ese verano decidió
viajar a Burela, un pequeño pueblo pesquero en Galicia, para desconectar y
disfrutar de la brisa del Atlántico.
Allí conocí a
Iker, un joven de 30 años que vivía en Bilbao. Era pescador y apasionado por la
vida en el mar, con ojos oscuros y una sonrisa sincera. Iker había llegado a
Burela para ayudar en la pesca y explorar los paisajes marinos de la zona. Nos
encontramos por casualidad en el puerto, mientras Nerea observaba las
embarcaciones y Iker arreglaba sus redes.
La conversación
empezó con una simple pregunta sobre las mejores técnicas para la pesca, y
pronto descubrimos que compartíamos muchas pasiones: el mar, la naturaleza y
los viajes. Decidimos dar un paseo por la playa, caminando entre las rocas y
disfrutando del sonido de las olas. En ese momento, entre risas y miradas
cómplices, sentimos que algo especial había surgido.
Una tarde, en
una terraza con vistas al mar, nos miramos y supimos que ese verano en Burela
había sido mucho más que unas vacaciones. La magia del momento nos unió, y
aunque nuestros caminos eran diferentes, prometimos mantenernos en contacto.
Ese encuentro inesperado quedó grabado en nuestros corazones, demostrando que
en Burela, en ese verano, nació una historia que nunca olvidaremos.
FIN
Escrito por Jessica Bao
Perez.
El martes, 17 de junio
de 2025.
En Badalona.

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