UN VERANO EN LÉRIDA
CUENTO BREVE
Me llamo Jana
Oliveira, tengo 36 años y soy esteticista. Mi cabello es castaño oscuro, largo
y liso, y mis ojos son de un marrón cálido que reflejan mi calma y
sensibilidad. Mi piel, ligeramente bronceada por los años en Lugo, siempre
busca transmitir tranquilidad y confianza. Aunque vivo en Lugo, ese verano
decidí escapar a Lérida para desconectar y explorar nuevos horizontes.
Fue en una tarde
soleada cuando conocí a Biel Montornés, un estilista de 35 años con una sonrisa
contagiosa y ojos azules que parecen reflejar el mar. Su cabello rizado y
oscuro enmarcaba un rostro amable y seguro, y su forma de hablar transmitía
pasión por su trabajo y por la vida. Él vivía en Barcelona, pero ese verano
había llegado a Lérida para un taller de estilismo y, por casualidad, nos
encontramos en la Plaza Mayor, mientras ambos buscábamos un lugar para
descansar del calor.
Desde el primer
momento, la conversación fluyó con naturalidad. Compartimos nuestras historias,
sueños y pasiones. A Biel le impresionó mi dedicación a la belleza y el cuidado
personal, y yo me sentí cautivada por su entusiasmo y su amor por el arte y la
moda. Lo que más me gustaba de él era su forma de escuchar, con atención y una
sonrisa sincera, y su mirada profunda que parecía entender más allá de las
palabras.
Durante los días
siguientes, decidimos explorar juntos los monumentos y rincones de Lérida.
Visitamos la majestuosa Seu Vella, con sus arcos y columnas que parecen
susurrar historias antiguas. Desde lo alto, la vista de la ciudad y las
montañas era impresionante, y allí, entre las piedras centenarias, sentí que
algo especial empezaba a florecer. También paseamos por el Castillo de Gardeny,
rodeados de jardines y fuentes, admirando la historia que cada rincón
transmitía. En la Rambla de Lérida, entre cafés y risas, compartimos momentos
de complicidad y alegría.
Una tarde, en
una terraza con vistas a la ciudad iluminada por el sol poniente, nos miramos y
supimos que algo más que amistad había surgido entre nosotros. La magia del
verano nos había unido en un instante único, y ambos decidimos no dejar que esa
historia terminara allí. Nos prometimos mantenernos en contacto, y aunque
nuestros caminos nos llevaban a diferentes lugares, el corazón de cada uno
quedó marcado por ese verano en Lérida.
Cuando llegó el
momento de despedirnos, nos abrazamos con fuerza, con la esperanza de volver a
encontrarnos. Y así, entre recuerdos felices y sueños compartidos, nuestra
historia de amor empezó a escribirse, demostrando que el verano en Lérida no
solo dejó huellas en nuestros corazones, sino también el inicio de un hermoso
camino juntos.
Escrito por Jessica Bao
Perez.
El miércoles, 4, de junio
de 2025.
En Badalona.

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