UN VERANO EN CÓRDOBA
Cuento breve
Era un caluroso verano en
Córdoba, y la ciudad parecía estar llena de magia e historia en cada rincón.
Allí conocí a Isolde, una joven de Ourense de 23 años, con ojos color avellana
profundo y cabello largo y rizado de tono castaño oscuro. Trabajaba como
conservadora de arte en un pequeño museo, apasionada por preservar la historia
y las bellezas culturales. Era una persona sensible, curiosa y con una sonrisa
que iluminaba su rostro cuando hablaba de sus pasiones.
Por otro lado, conocí a Elian, un
joven de Barcelona de 26 años, con ojos azules como el mar y cabello rizado y
negro. Era arquitecto, especializado en restauración de monumentos históricos,
y había llegado a Córdoba para colaborar en un proyecto de recuperación de la
Mezquita-Catedral.
Era una persona tranquila,
inteligente y con una mirada que reflejaba su amor por el arte y la historia. Nos
encontramos por casualidad en la Plaza de la Corredera, mientras ambos
buscábamos un lugar para descansar del calor. La conversación fluyó
rápidamente, compartiendo historias de nuestras ciudades, sueños y pasiones. A
Isolde le impresionó la forma en que Elian describía su trabajo en la
restauración y cómo encontraba belleza en cada detalle de los monumentos.
A Elian le cautivó la
sensibilidad y entusiasmo de Isolde, su interés genuino por la historia y su
alegría contagiosa. Durante los días siguientes, exploramos juntos los
monumentos más emblemáticos: la impresionante Mezquita-Catedral, con sus arcos
de herradura y su mihrab dorado; el Alcázar de los Reyes Cristianos, con sus
jardines y torres que parecen contar historias antiguas; y los patios llenos de
flores y fuentes que reflejaban la luz del sol.
Lo que más le gustaba a Elian de
Isolde era su pasión por el arte y su forma de ver la belleza en cada rincón. A
Isolde le encantaba la calma y profundidad de Elian, y cómo encontraba
inspiración en su trabajo y en su forma de apreciar la historia.
Una noche, en la terraza de una
casa blanca con vistas a la ciudad iluminada, se miraron y supieron que algo
especial había surgido entre ellos. La chispa del verano los había unido en un
momento mágico, y ambos decidieron no dejar que esa historia terminara allí. Se
prometieron mantenerse en contacto, y aunque sus caminos los llevaban a
diferentes lugares, el corazón de cada uno quedó marcado por ese verano en
Córdoba.
Cuando llegó el momento de
despedirse, se dieron un abrazo cálido y lleno de esperanza, con la promesa de
volver a encontrarse. Y así, entre recuerdos felices y sueños compartidos, su
historia de amor floreció, demostrando que el verano en Córdoba no solo dejó
huellas en sus corazones, sino también el inicio de un hermoso camino juntos.
FIN
Escrito por Jessica Bao
Perez.
El jueves, 29, de mayo
de 2025.
En Badalona.

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