miércoles, 21 de mayo de 2025

¡Cuento escrito 🖋 por mí! #41

 UN VERANO EN SANTA COLOMA DE GRAMENET

Cuento breve

 

Me llamo Gemma Monfort, tengo 27 años y soy paseadora de perros. Soy de estatura media, con cabello castaño oscuro y ojos marrones cálidos que reflejan mi amor por los animales y la vida sencilla. Mi rostro suele tener una expresión relajada y una sonrisa sincera, y siempre llevo conmigo una energía positiva. Internamente, soy una mujer apasionada, sensible y con muchas ganas de aprender y descubrir nuevas historias.

Rafa Gonzalo tiene 30 años, es dueño de una perrera. Es alto, de complexión fuerte y atlética, con cabello rubio corto y ojos azules que transmiten confianza y ternura. Tiene una sonrisa amable y un carácter cercano, trabajador y dedicado a sus perros y a su negocio. En su interior, Rafa es un hombre apasionado por los animales, la naturaleza y las tradiciones, con un corazón generoso y una visión optimista de la vida.

Nos conocimos en Santa Coloma de Gramenet, durante un verano en el que decidí explorar un poco más allá de mi rutina habitual. Yo paseaba a un grupo de perros por las calles del barrio, y él, que gestionaba su perrera cercana, salió a saludarme con una sonrisa cálida. Empezamos a conversar, y pronto descubrí que compartíamos una pasión por los animales y las historias sencillas de la vida.

Lo que más me gustaba de Rafa era su dedicación y su amor por los perros, además de su forma de ser tan auténtica y cercana. Él, por su parte, quedó cautivado por mi entusiasmo y mi sensibilidad hacia los animales y las personas. Desde el primer momento, sentimos una conexión especial, como si nuestras almas se reconocieran en ese rincón de Santa Coloma.

Durante ese verano, visitamos juntos algunos monumentos y lugares emblemáticos del barrio. La iglesia de Santa Coloma, con su fachada sencilla y su interior lleno de historia, fue uno de nuestros primeros destinos. Desde su campanario, disfrutamos de una vista panorámica del barrio y las montañas cercanas, respirando el aire fresco y sintiendo la tranquilidad del lugar. También paseamos por el parque de Can Zam, admirando sus árboles centenarios y las fuentes, y nos detuvimos en la plaza de la Vila, donde los niños jugaban y los vecinos charlaban en las terrazas. En cada rincón, entre risas y conversaciones, nuestro vínculo se fortalecía

Lo que más me enamoró de Rafa fue su pasión por los animales y su dedicación a su trabajo. Él decía que cuidar de los perros le daba sentido a su vida, y yo admiraba su compromiso y su corazón generoso. Él quedó cautivado por mi entusiasmo y mi forma de ver el mundo, y juntos descubrimos que la belleza está en las pequeñas cosas y en compartir momentos auténticos

Al final del verano, en una tarde cálida en la plaza de Santa Coloma, Rafa me regaló una pequeña placa con la huella de un perro, como símbolo de nuestro verano juntos. Yo le entregué un cuaderno con dibujos y poemas que había escrito inspirada en los perros y en nuestro tiempo compartido. Nos dimos cuenta de que habíamos encontrado en el otro algo que no buscábamos, pero que siempre habíamos deseado: un amor sincero, lleno de magia y esperanza.

Y así, con corazones llenos de alegría y promesas de volver a encontrarnos, supimos que aquel verano en Santa Coloma de Gramenet había sido solo el comienzo de una hermosa historia juntos.

FIN 

Escrito por Jessica Bao Perez.

El miércoles, 21, de mayo de 2025.

En Badalona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario