UN VERANO EN CAN PASTILLA
Cuento breve
Vera Montañés, una joven logopeda de 25 años, destacaba por su belleza natural y su sonrisa sincera. De estatura media, cabello castaño claro y ojos verdes brillantes, transmitía una energía positiva y una sensibilidad especial. Internamente, era una mujer apasionada por ayudar a los demás, con una personalidad amable, dedicada y un espíritu soñador que encontraba en la música y la naturaleza su refugio.
Hugo Lozano, de 28 años, era agricultor y vivía en un pequeño pueblo cercano a Palma. Alto, con una complexión fuerte y cabello oscuro y rizado, tenía unos ojos marrones profundos que reflejaban su carácter trabajador y honesto. Su piel bronceada por el sol y sus manos callosas mostraban su dedicación a la tierra. En su interior, era un hombre sencillo, apasionado por la naturaleza y la vida rural, con un corazón generoso y un sentido del humor contagioso.
Se conocieron en la urbanización de Can Pastilla, en Palma, durante un verano en el que Vera había decidido escapar del bullicio de la ciudad para descansar y desconectar. Hugo, que cuidaba de un huerto cercano, solía pasear por la zona y, un día, la vio leyendo en la playa. La curiosidad y su carácter amable le llevaron a acercarse y entablar conversación. La primera vez que hablaron, Vera le comentó sobre su trabajo ayudando a niños con dificultades del habla, y Hugo le habló de su pasión por la agricultura y la vida en el campo.
Lo que más les gustaba del otro era la autenticidad y la sencillez que transmitían. A Vera le encantaba cómo Hugo podía hacerla reír con sus historias sobre la vida en la granja y su amor por la tierra, mientras que Hugo admiraba la sensibilidad y la dedicación de Vera a su profesión y su amor por la naturaleza. Ambos compartían un interés por la cultura, la historia y los paisajes, lo que los llevó a explorar juntos los monumentos y rincones de Mallorca.
Durante su verano, visitaron la Catedral de Palma, admirando su impresionante arquitectura gótica y las vidrieras que dejaban pasar la luz en colores vibrantes. También recorrieron el Castillo de Bellver, con sus torres y vistas panorámicas de la ciudad y el mar. En sus paseos, descubrieron calas escondidas como Cala Estància y Cala Gamba, disfrutando del sol, el mar y la tranquilidad. En cada momento compartido, risas y sueños, su vínculo se fortalecía y el amor empezaba a florecer.
Lo que más les gustaba del otro era la autenticidad y la pasión por la vida sencilla. Vera se enamoró de la fuerza y el carácter honesto de Hugo, y él quedó cautivado por la sensibilidad y la alegría que Vera transmitía. Ambos compartían un amor por la naturaleza, la cultura y las pequeñas cosas que hacen especial cada día.
Al final del verano, en una puesta de sol en la playa de Can Pastilla, Hugo le regaló a Vera una pequeña planta en una maceta decorada, símbolo de su tierra y su vida rural. Ella le entregó un cuaderno con poemas que había escrito inspirada en Mallorca y en su verano juntos. Se dieron cuenta de que habían encontrado en el otro algo que no buscaban, pero que siempre habían deseado: un amor sincero, lleno de magia y esperanza.
Y así, con corazones llenos de alegría y promesas de volver a encontrarse, supieron que aquel verano en Can Pastilla había sido solo el comienzo de una hermosa historia juntos.
FIN
Escrito por Jessica Bao Perez.
El lunes, 19, de mayo de 2025.
En Badalona.

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