Este cuento lo escribí especialmente para mi amiga Aida, por su cumpleaños 🎂
UN VERANO EN SANT ADRIÀ DEL BESÒS
Cuento breve
Aida Marín, una administrativa de
35 años, tenía una presencia sencilla pero encantadora. De estatura media, con
cabello castaño claro y ojos marrones cálidos, reflejaba una personalidad
organizada y amable. Su estilo era práctico, con un toque de elegancia en sus
accesorios. Internamente, era una mujer dedicada, con un corazón sensible y una
pasión por descubrir nuevas historias y lugares que la inspiraran.
Nelson Valera, de 36 años, era un
músico apasionado, con una sonrisa contagiosa y unos ojos azules profundos que
transmitían calma y alegría. Alto y delgado, con cabello oscuro y rizado,
siempre llevaba una guitarra en la espalda y ropa cómoda que reflejaba su
espíritu libre y artístico. En su interior, era un soñador, sensible y con una
creatividad que se expresaba en cada nota que tocaba y en su forma de ver el
mundo.
Se conocieron en Sant Adrià del
Besòs, un pueblo costero lleno de vida e historia. Aida había llegado para
asistir a un taller de historia local y descubrir su patrimonio, mientras que
Nelson había llegado para grabar sonidos del mar y componer nuevas melodías
inspiradas en el entorno. La primera vez que se cruzaron fue en el paseo
marítimo, donde ambos admiraban la vista del mar y las embarcaciones, y Aida le
ofreció un café en una pequeña cafetería junto al puerto. Nelson le respondió
con una sonrisa y una canción improvisada en su guitarra, que resonó entre las
olas.
Lo que más les gustaba del otro
era la pasión por sus intereses y la sensibilidad que compartían. Aida admiraba
cómo Nelson lograba transformar sonidos en emociones, y él, fascinado por la
organización y la calidez de Aida. Ambos compartían un amor por la cultura, la
historia y la naturaleza, lo que los llevó a explorar juntos cada rincón del
pueblo.
Durante su verano en Sant Adrià
del Besòs, visitaron monumentos emblemáticos como el Museu de Sant Adrià, donde
aprendieron sobre la historia local y las tradiciones del pueblo. También
pasearon por el Paseo Marítimo, admirando las esculturas y las vistas del mar
Mediterráneo, y recorrieron las calles llenas de vida, descubriendo pequeños
comercios y rincones con encanto. En cada momento, compartían risas, historias
y sueños, fortaleciendo un vínculo especial.
Lo que más les gustaba del otro
era la pasión por lo que hacían y la sensibilidad que transmitían. Aida
admiraba la creatividad de Nelson y su capacidad para captar la belleza en los
sonidos del mar, mientras que Nelson se enamoró de la calidez y la inteligencia
de Aida. Ambos compartían un amor por la cultura, la historia y la naturaleza,
lo que los unió aún más.
Al final del verano, en una noche
tranquila en la playa, Nelson tocó una melodía especial para Aida, mientras
ella le mostró un dibujo inspirado en el mar y el cielo estrellado. Se dieron
cuenta de que habían encontrado en el otro algo que no buscaban, pero que
siempre habían deseado: un amor sincero y lleno de magia.
Y así, con corazones llenos de
alegría y esperanza, prometieron volver a encontrarse, sabiendo que aquel
verano en Sant Adrià del Besòs había sido solo el comienzo de una hermosa
historia juntos.
FIN
Escrito por Jessica Bao
Perez.
El viernes, 9 de mayo
de 2025.
En Badalona.

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