La bailarina de París, de Suzanne Fortin.
Está dividido en dos partes, una, ambientada en el París ocupado por los nazis, concretamente, en el año 1942. Adèle es una apasionada profesora de ballet, que hará cualquier cosa por salvar las vidas de los otros. Incluso si para ello debe poner la suya propia en peligro. Adele, está dispuesta a todo por salvar la vida de niños judíos.
Los nazis han ocupado la ciudad, pero Adèle Basset está decidida a hacer todo lo posible para mantener a sus alumnos alejados de los peligros de la guerra. Ahora que los días son oscuros y la esperanza se ha desvanecido, las clases de baile se han convertido en su única forma de consuelo.
Cuando los alemanes piden a Adèle una lista con los nombres de sus alumnos de origen judío, la joven, que es incapaz de permanecer de brazos cruzados, se ve obligada a pasar a la acción. Los esconderá en el ático de la escuela y buscará una vía de escape, con la ayuda de Manu, trabajador del Museo de arte y su mejor amigo, y del cual, está locamente, enamorada, en secreto. Adèle y Manu trazarán un plan que, poco a poco, irá tomando forma. Harán cualquier cosa por mantener a los niños a salvo, aunque eso suponga pagar el precio más alto.
Y, la segunda, ambientada en la actualidad, concretamente, en 2015, en la que Lydia, exalumna de Adèle, recuerda cómo fue vivir en la Ciudad de la Luz y del Amor, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Y, se lo cuenta a Fleur, su nieta. Todo cambia, cuando conocen a Didier, el dueño de una tienda de antigüedades, que se interesa por un cuadro, el cual, Didier cree que lo guarda Lydia.
Cuando Lydia, le cuenta su historia a Didier, éste hace lo que puede por encontrar a Blanche, la hermana de Lydia. Y él y Fleur comienzan a sentirse atraídos una por el otro.
Está bien, es bonita, pero tiene un trasfondo duro y triste, pero la luz y la alegría, surgen, inesperadamente, a través de la música y el baile. Es una novela sobre la fuerza, la luz y la valentía en los peores momentos, a través de la danza y la buena voluntad de dos amigos. ¡Me ha gustado!

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