UN VERANO EN O GROVE
CUENTO BREVE
Me llamo Dunia Altafulla, tengo
38 años y vivo en Casablanca, donde vendo dulces y postres caseros en un
pequeño puesto en la calle. Soy una mujer de sonrisa cálida, con ojos marrones
que reflejan mi pasión por la vida y un cabello oscuro y rizado que siempre
llevo suelto. Mi físico interno es alegre y optimista, y mi corazón late fuerte
por las cosas sencillas y por las historias que puedo contar a través de mis
postres.
Este verano decidí escapar un
poco de la rutina y viajar a Galicia, a O Grove, un pueblo que siempre había
escuchado que era mágico. Allí conocí a Asier Denison, un periodista
fotográfico de 36 años que vive en A Lanzada. Asier tiene una mirada profunda,
ojos azules que parecen capturar cada detalle, y un cabello rubio despeinado
que le da un aire despreocupado. Es una persona apasionada por su trabajo, con
una sensibilidad especial para captar la belleza en cada rincón.
Nos conocimos en el puerto de O
Grove, mientras él tomaba fotos del atardecer y yo vendía mis dulces en la
feria cercana. La primera vez que nuestras miradas se cruzaron, sentí una
chispa. Él se acercó para comprar un pastel de mi puesto y, entre risas, intercambiamos
palabras sobre la belleza del paisaje. Desde ese momento, la conexión fue
instantánea.
Lo que más me gustaba de Asier
era su forma de ver el mundo, su sensibilidad y su interés genuino por las
historias que capturaba con su cámara. A él le encantaba mi alegría, mi
sencillez y la pasión que pongo en cada dulce que preparo. Compartimos paseos
por la playa de A Lanzada, donde el mar y el viento nos acompañaban, y
visitamos monumentos como la iglesia de San Martín, con su arquitectura antigua
y sus vistas al mar, y el faro de Arou, que nos regaló una vista impresionante
del océano Atlántico.
Una tarde, mientras explorábamos
el Monte de Arou, Asier quiso mostrarme una foto que había tomado del faro y,
en un momento de distracción, accidentalmente interpreté mal una de sus
palabras. Pensé que no quería seguir conociéndome, que quizás solo buscaba una
historia para su reportaje. La tensión creció y nos alejamos en silencio
Al día siguiente, en la playa,
Asier se acercó con una sonrisa triste y me explicó que todo había sido un
malentendido. Me confesó que su interés era sincero y que quería seguir
compartiendo ese verano conmigo, no solo como una historia, sino como alguien
especial en su vida.
Desde ese momento, todo cambió.
Disfrutamos cada instante, riendo, compartiendo secretos y creando recuerdos en
ese rincón mágico de Galicia. Cuando llegó el momento de despedirnos,
prometimos mantenernos en contacto y volver a encontrarnos, porque en O Grove
habíamos descubierto algo que valía la pena cuidar.
Y así, con el corazón lleno de
alegría y esperanza, terminé mi verano en O Grove, sabiendo que aquel encuentro
había sido solo el comienzo de una historia que aún tiene mucho por escribirse.
FIN
Escrito por Jessica Bao
Perez.
El jueves, 17,de julio
de 2025.
En Badalona.
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